Quienes hemos conocido a Roberto desde siempre, lo reconocemos como un hombre luchador, de fuertes convicciones y de una arraigada estirpe de periodista. Recuerdo que a mediados de la década de los 70s, cuando yo era apenas un estudiante de Administración de Empresas del Externado de Colombia en Bogotá, ya Roberto Castilla, con sus bríos de joven emprendedor se esforzaba por elaborar, diagramar y presentar su naciente revista EXPECTATIVA, lo que entonces era solo un proyecto periodístico en vías de implementación. El debía cumplir un polifacético papel: Al mismo tiempo era su director, gerente, jefe de redacción, distribuidor y hasta mensajero. Era muy común verlo por la calle 19 con séptima, por el parque de las nieves y por toda esa zona periférica del barrio Santa Fe, tradicionalmente concurrida por sus coterráneos, proponiendo la revista, casi que mercadeándola puerta a puerta y puesto por puesto, con la firme convicción de que estaba iniciando una verdadera empresa periodística.
La mayoría de los costeños que como él y yo alguna vez decidimos buscar nuevos y mejores horizontes en la capital del país, no escapamos de las dificultades, sinsabores y hasta penurias propias del hecho de encontrarse lejos de la familia, en otra ciudad, con otra cultura, otra dinámica social, otro clima. Todas estas circunstancias nos llevaron a pensar, en ese momento y lo confieso de corazón, que el proyecto sería pasajero y que solo representaba una forma momentánea y circunstancial de incursionar en el mundo periodístico y tener unos ingresos adicionales tan necesarios. ¡Cuán equivocados estábamos entonces!
Roberto al igual que yo, un día sentimos el llamado de la tierra, de nuestra gente. Sin pensarlo dos veces y a pesar de haber superado ya las vicisitudes, de habernos establecido formalmente, de tener ya cierto arraigo en la capital y de estar insertos en el circuito económico productivo, un día cualquiera decidimos volver a nuestra tierra para trabajar, cada uno por su causa, pero por nuestras propias convicciones. Nos establecimos nuevamente en Montería, nuestra ciudad natal y Roberto, ya con la preparación profesional y la experiencia en el quehacer periodístico de un medio impreso, continuó su lucha por sacar la revista adelante. A la titánica labor de buscar y lograr apoyos comerciales y patrocinadores, le agregó su propio compromiso de mejorarla continuamente: Conformó un equipo de excelentes periodistas, definió sedes formales en distintas ciudades del país, insistió en una mejor diagramación, la pulcritud en la policromía fue vigilada sin descuido y decidió que, aunque representaba mayores costos, debía circular en impecable papel propalcote, a la altura de las principales revistas del mundo. En la noche de hoy, 27 de febrero de 2015, al estilo de las mejores celebraciones, con muchos personajes de la vida nacional invitados y una excelente logística, casi que con alfombra roja, estamos orgullosos acompañando a Roberto en la celebración del aniversario número 34 de la Revista Expectativa, de Córdoba para Colombia.
No ha sido tarea fácil. Sacar cada edición de una revista implica demasiados costos, algunos de los cuales ni siquiera alcanzan a cubrirse. Solo el amor por la profesión, por los lectores y el orgullo propio para no claudicar, hacen posible cada tiraje para que estén en sus manos oportunamente los ejemplares, con la periodicidad establecida: Cada artículo que deben aportar a tiempo los corresponsales y colaboradores, las fotografías que dan testimonio de la noticia, los criterios para escoger las páginas donde debe aparecer la noticia, concertar y lograr las entrevistas con los personajes de la noticia, la confirmación de cada publicidad, el turno para la impresión e incluir la noticia importante de última hora, son apenas algunas de las dinámicas que definen el corre que corre de cada día en la empresa de publicación de la Revista.

No obstante, tres cosas debemos resaltar y destacar en Roberto Castilla Arroyo:

1. La amistad sincera de un hombre íntegro. Roberto es amigo de sus amigos en todo tiempo y circunstancia y, sin ser Bolivariano, uno de los principios rectores de su vida es decirle la verdad a sus amigos y aconsejarles el bien.

2. Como buen periodista practica permanentemente su indeclinable propósito de mantener la verdad por encima de todo, y esta convicción para él es absolutamente innegociable.

3. La férrea disciplina militar heredada genéticamente y en las enseñanzas y costumbres de su padre Clodomiro Segundo Castilla Barrios “el Teniente” Castilla (QEPD). Cada objetivo trazado para su vida, cada meta que se ha propuesto ha sido alcanzada, aún en medio de arduas dificultades. Temprano comprendió que el éxito de un hombre no radica en no caerse, sino en la rapidez con que se levante de la última caída. La palabra renunciar no la conoce y en cambio es obstinado, obsesivo y hasta terco con su empresa. Ese es su sello personal que le distingue y le ha garantizado cosechar tantos éxitos y el gran triunfo de estar celebrando esta noche el aniversario número 34 de su Gran Revista Expectativa de Córdoba para Colombia.
Felicitaciones de corazón querido amigo. Te exalto como un verdadero ejemplo de periodismo y tenacidad y, aunque sé por lo que has construido que el futuro te es promisorio, sinceramente y con absoluto convencimiento te digo: ¡sigue adelante! Los verdaderos tiempos difíciles ya pasaron y si por circunstancias de la vida volviere a llegar la tempestad, Insiste, Persiste y Nunca Desistas.

José Julián Blanquicet Tordecilla
Secretario de Hacienda de Montería

Montería, 27 de febrero de 2015.

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