HOY DOMINGO 8 DE SEPTIEMBRE 2019, SE CELEBRA CON FE Y FERVOR CATÓLICO LA FIESTA A LA VIRGEN DEL PERPETUO SOCORRO intención DE MARINA PINEDA de Vega….
Con varios actos religiosos desde la 4:00 de la tarde en la Catedral San Jerónimo de Montería, con una retreta musical, misa, bautismos, oficiados por el sacerdote Alfredo Ramos Genes..
Veamos fragmentos de la Virgen del Perpetuo Socorro.
Quedan cordialmente invitados todos sus devotos.
Fotos Revista EXPECTATIVA.

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MONTERIA CORDOBA-. misa de acción de gracia intención de la familia Pineda Vega, encabezada por doña Marina Pineda de Vega, sus hijos: Francisco Antonio, Enrique José, Carlos Arturo, María Amelia y Juan Pablo, Vega Pineda, la eucaristía estuvo a cargo del padre Vicario Orlando López, más dos sacerdotes.
También estará presente el alcalde de Montería Marcos Daniel Pineda García, acompañado de su esposa Natalia Ariza, quien también son devotos de la Virgen del Perpetuo Socorro, entre otras personalidades como doña Otilia Berrocal de Buelvas, la Mujer Cafam 2018 Luz Nova,.
Al ser entrevistada doña Marina, el por qué la familia Pineda Vega, le hacían esta celebración a la Virgen del Perpetuo Socorro? nos respondió alegremente: “Es una devoción de nuestros antepasados que llevamos con sus generaciones, mi bis abuela Arcenia González de Pineda, trajo la imagen de la virgen del Perpetuo Socorro, desde Alemania, hace un siglo y la regaló a la catedral de Montería, que es esta que todos vemos, veneramos cada día, como ustedes pueden leer en la oración, que dice: “¡Oh, Santisima Virgen María, a fin de inspirarnos entera confianza, quisiste tomar el dulcísimo nombre de Madre del PERPETUO SOCORRO, Suplicoos que os dignéis socorrerme en todo tiempo y lugar, en mis tentaciones, después de mis caídas, en mis dificultades, en todas las miserias de la vida y especialmente en la hora de la muerte. Amén.”
Esta devoción ya es costumbre de año tras años a la Virgen del PERPETUO SOCORRO…
Textos: Roberto Castilla Arroyo
Foto: Revista EXPECTATIVA.
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Veamos más datos de la Virgen del Perpetuo Socorro.

La Virgen del Perpetuo Socorro (Madre de Dios de la Pasión o Panagia Strastnaia para el mundo ortodoxo) es una advocación mariana. La imagen original es un icono procedente de Creta y venerado en Roma en la iglesia de los agustinos, a finales del siglo XV, y desde 1866 en la iglesia de San Alfonso del Esquilino, en Roma. La datación del icono es difícil de precisar. Unos los sitúan entre los siglos X y XI, y otros a comienzos del siglo XV. Su festividad se celebra el 27 de junio.

Índice
Historia[editar

Vitral con la historia de la imagen.
El icono original está en el altar mayor de la iglesia de San Alfonso, muy cerca de la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma. El icono de la Virgen, pintado sobre madera, de 21 por 17 pulgadas, muestra a María con el Niño Jesús. El Niño observa a dos ángeles que le muestran los instrumentos de su futura Pasión mientras agarra fuertemente con las dos manos a su Madre, quien lo sostiene en sus brazos. El cuadro recuerda la maternidad divina de la Virgen y su cuidado por Jesús desde su concepción hasta su muerte.
Según una tablilla colocada antiguamente al lado del icono con los orígenes de la imagen, la cuna de este cuadro fue la isla de Creta, en el mar Egeo. Un mercader sustrajo el icono de una iglesia, lo escondió entre su equipaje y se embarcó rumbo a otras tierras. Durante la travesía sobrevino una gran tempestad y los pasajeros se encomendaron a Dios.

Icono de la Virgen del Perpetuo Socorro antes de su restauración.
Poco después el mercader llegó a Roma con el cuadro y el icono pasa a ocupar un lugar preferente en la iglesia de san Mateo, regentada por los agustinos. Era el año 1499, en tiempos del papa Alejandro VI. La iglesia de san Mateo era un templo menor entre las grandes basílicas de San Juan de Letrán y Santa María la Mayor. Allí permaneció la imagen del Perpetuo Socorro durante trescientos años. Los escritores de la época narraron ampliamente los milagros atribuidos a la imagen. El siglo XVII parece ser el más intenso en la devoción y culto a la Virgen del Perpetuo Socorro.
En febrero de 1798, con la invasión de Napoleón, sus tropas se apoderan de Italia y destruyen en Roma más de treinta iglesias, entre ellas la de San Mateo. Los religiosos agustinos salvan el icono y se lo llevan consigo a una pequeña capilla, quedando allí sin culto popular y en el olvido.
En 1855 los Redentoristas compran unos terrenos al lado de la Via Merulana, muy cerca de Santa María la Mayor. Se llamaba Villa Caserta y en su interior algún día estuvo edificada la iglesia de San Mateo. A través del padre Miguel Marchi se descubre en 1865 el paradero del icono. El 11 de diciembre de 1865, los hijos de San Alfonso María de Ligorio, solicitan al papa la concesión del Perpetuo Socorro. El 19 de enero de 1866 la imagen regresa a la iglesia de San Alfonso, en el mismo emplazamiento donde había estado tres siglos.
Restaurada la imagen, ocupa el centro del ábside de la iglesia de san Alfonso y su devoción e influencia se extiende a los cinco continentes. El papa Pío IX dijo, en la audiencia al superior general de los Redentoristas el 11 de diciembre de 1865: «Den a conocerla a todo el mundo». Juan Pablo II, en su autobiografía «Don y misterio», al referirse a los orígenes de su vocación sacerdotal, afirma: «No puedo olvidar la trayectoria mariana. La veneración a la Madre de Dios en su forma tradicional me viene de la familia y de la parroquia de Wadowice. Recuerdo, en la iglesia parroquial, una capilla lateral dedicada a la Madre del Perpetuo Socorro a la cual por la mañana, antes del comienzo de las clases, acudían los estudiantes del instituto. También, al acabar las clases, en las horas de la tarde, iban muchos estudiantes para rezar a la Virgen».
Descripción del icono[editar]

Detalle Arcángel Miguel.
La imagen o icono original de María del Perpetuo Socorro está pintado al temple sobre madera. Mide 53 cm de alto por 41,5 cm de ancho. Sobre un fondo de oro destacan cuatro figuras. En el centro, llenándolo todo como protagonistas, la Virgen María y el Niño Jesús; y en un lejano segundo plano, los dos arcángeles Miguel y Gabriel con los instrumentos de la Pasión. Según costumbre oriental, cada personaje está identificado por una inscripción griega en abreviatura.

Detalle Arcángel Gabriel.
La Virgen es mostrada solo de medio cuerpo y de pie. Viste una túnica de color rojo abrochada en el cuello y un manto azul marino que la cubre desde la cabeza. Bajo el manto apunta una cofia de color verde mar, que recoge y oculta sus cabellos. Tiene sobre la frente dos estrellas. Las coronas de oro y pedrería del Niño y de la Madre son regalos del Capítulo Vaticano para su coronación.
El Niño Jesús descansa sobre el brazo izquierdo de su Madre y se agarra con ambas manos a la mano derecha de María, buscando protección, al contemplar los instrumentos de la Pasión que le aguarda. Su figura es de cuerpo entero, vestido con túnica verde, ceñida con faja roja y de su hombro derecho cuelga un manto de color rojizo marrón. Tiene entrecruzadas las piernas y lleva los pies calzados con simples sandalias, con la peculiaridad que la del pie derecho queda suelta y colgando. Los instrumentos que presenta el Arcángel Gabriel son la cruz ortodoxa de doble travesaño y cuatro clavos. El Arcángel Miguel lleva la lanza y la esponja. Ambos arcángeles ocultan sus manos que sostienen un pomo con los símbolos de la Pasión. Los abundantes pliegues y sombreados de las vestiduras van profusamente marcados en color oro.
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Mensaje del icono[editar]

Detalle manos Virgen Perpetuo Socorro.
María del Perpetuo Socorro es un icono bizantino de la escuela cretense, una imagen representativa de la Virgen de la Pasión. La interpretación general es clara. Los arcángeles Gabriel y Miguel presentan a Jesús niño los instrumentos de sus sufrimientos futuros. Al contemplar esta dramática visión, el Niño, en su condición de hombre mortal, se asusta y se estremece y en un brusco movimiento busca socorro en los brazos de su Madre, a cuya mano se aferra con fuerza. El susto y movimiento brusco del Niño están expresados por la contorsión de piernas, el repliegue del manto y la sandalia desprendida

 

Foto Revista EXPECTATIVA

 

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