Información para los lectores de Revista EXPECTATIVA 44 Años.

Recientemente, el Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior (Icfes) publicó los resultados de las pruebas Saber, presentadas por 557.379 estudiantes de grado 11 de instituciones públicas y privadas. Esta evaluación, aplicada anualmente, se utiliza como instrumento para medir la calidad educativa ofrecida a quienes culminan la educación media, además de ser requisito de ingreso a la educación superior.

La prueba permite reflexionar y mejorar los procesos educativos y formativos que configuran el modelo de educación del país. Los resultados muestran avances lentos pero significativos, y constituyen un insumo valioso para fortalecer la calidad educativa.

En los resultados de la prueba Saber 2025, destaca el trabajo realizado por la Alcaldía de Montería, en conjunto con las instituciones educativas públicas; por los logros alcanzados. La ciudad ha mejorado progresivamente en los últimos años, posicionándose a nivel regional y nacional en materia de calidad educativa. Este avance es fruto del esfuerzo planificado entre la administración municipal, las instituciones educativas, rectores, docentes, estudiantes disciplinados y dedicados, así como del acompañamiento de las familias. Es decir, de toda la comunidad educativa, que merece un reconocimiento público.

Estos resultados motivan una discusión profunda sobre la naturaleza, el alcance, la pertinencia y la validez de la prueba como indicador para medir y evaluar el proceso educativo y el nivel de conocimiento de los estudiantes. Al ser aplicada de forma estandarizada, genera interpretaciones diversas: desde quienes consideran que es excluyente y desconoce las inequidades sociales, económicas y regionales, hasta quienes la defienden desde una lógica determinista.

En este sentido, es fundamental afirmar que el acceso a una educación en condiciones de equidad contribuye a la construcción de una sociedad más incluyente y justa. Mientras el Estado continúe aplicando una prueba estandarizada sin corregir las asimetrías regionales, sociales y económicas, esta seguirá siendo un instrumento para medir la calidad educativa, pero también para evidenciar la desigualdad educativa y social. En este último aspecto, se desconoce uno de los fines esenciales de la educación.

Para comprender esta situación, analicemos los resultados de la prueba Saber 2024, en la que participaron 557.379 estudiantes. Los datos evidencian que, como instrumento de evaluación estandarizada, la prueba continúa siendo insuficiente para mejorar el nivel educativo del país. Esto se refleja en las áreas evaluadas: lectura crítica, matemáticas, ciencias sociales y ciudadanía, ciencias naturales e inglés.

El puntaje promedio alcanzado fue de 256 sobre 500, y más de la mitad de los estudiantes evaluados se ubicaron por debajo de ese promedio. Esto reafirma la persistencia de brechas en la calidad educativa entre instituciones públicas y privadas, entre regiones del país, y entre zonas urbanas, rurales y de ruralidad dispersa. Estas desigualdades atraviesan los distintos ciclos de vida y niveles educativos.

Además, la prueba aún ignora las persistentes limitaciones para garantizar el acceso y la permanencia de niños, niñas y jóvenes en el sistema educativo, especialmente en zonas rurales. Es preocupante que, en la educación media, las brechas de acceso para los grupos más vulnerables se mantengan: aproximadamente uno de cada cinco jóvenes (20%) entre 16 y 22 años abandona la educación media sin completarla o sin siquiera iniciarla. Esta situación se agrava en las zonas rurales, donde el 38 % de los jóvenes abandona el sistema educativo antes de terminar la secundaria. Asimismo, más de la mitad de quienes finalizan el grado 11 no logran transitar hacia la educación superior.

Por consiguiente, la prueba Saber debe ser un instrumento para evaluar y mejorar el sistema educativo, contribuyendo a la toma de decisiones por parte del Estado, orientadas al cierre de brechas sociales y educativas. No debe limitarse a medir ni a fomentar la competencia en calidad educativa. El esfuerzo debe centrarse en mejorar la calidad, pero también en avanzar hacia mayores niveles de igualdad y equidad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *