Por: Erasmo Zuleta Bechara

“El crecimiento económico no es un fin en sí mismo, sino un medio para mejorar el bienestar de las personas”, afirmó el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz. Y la última entrega que el DANE hizo sobre el comportamiento de la pobreza monetaria y la pobreza monetaria extrema lo confirma. De los tres factores que afectan el comportamiento de la pobreza (crecimiento económico, redistribución de recursos y comportamiento del valor de la canasta necesaria para comprar alimentos o para cubrir el rubro de gastos esenciales), el componente de crecimiento económico fue, sin duda alguna, y como lo demostró el DANE, el más relevante para disminuir este flagelo. Entretanto, llama la atención el efecto negativo para disminuir la pobreza monetaria extrema de las políticas redistributivas, lo que sugiere una revisión urgente de este tipo de transferencias y su efecto en esta métrica.

El mejor ejemplo del impacto del crecimiento económico sobre la pobreza lo representa el departamento de Córdoba. En 2024, mientras el país creció un 1,6 %, Córdoba creció un 1,9 %. Fue el departamento de la Costa Atlántica con mayor crecimiento económico en 2024, impulsado principalmente por los sectores de actividades artísticas, recreación y deporte (7,8 %), agropecuario (5,6 %) y servicios públicos (3,6 %). A su vez, el comportamiento de la pobreza de su capital, Montería —que se emplea como indicador líder del departamento mientras es publicada la información departamental— disminuyó de 36,2 % en 2023 a 32,1 % en 2024 (-4,1 puntos porcentuales), una caída más fuerte de la que se presentó a nivel nacional, de 2,8 puntos porcentuales.

Entonces, la tarea de gobernadores y alcaldes, para seguir impactando en la calidad de vida de las familias, es seguir promoviendo y ejecutando políticas y proyectos que ayuden al crecimiento, y para ello es primordial el acompañamiento y concurrencia de la política macroeconómica del orden nacional.

En este ámbito, preocupa el comportamiento de la inversión como promotora de crecimiento económico y la percepción de riesgo de Colombia. Por ejemplo, para el 2024, la inversión como porcentaje del PIB alcanzó un 16,8 %, mientras el promedio histórico desde 2005 hasta 2023 fue del 21,7 %. En cuanto al riesgo país se refiere, si se toma como medida de referencia el valor del Credit Default Swap (CDS), esta métrica para Colombia se encuentra muy por encima del riesgo que presentan países vecinos como Perú, Chile o México (212 vs. 75, 55 y 109, respectivamente).

Así las cosas, aunque hasta el momento el flagelo de la pobreza ha disminuido, es muy importante mantener a futuro, desde el orden nacional, las condiciones necesarias para continuar con esta tendencia. Desde Córdoba, continuaremos con las apuestas por sectores como el deporte, el turismo, los servicios públicos y la infraestructura, que, como lo vimos en 2024, presentaron resultados excepcionales.

La clave es el crecimiento.

Gobernador del Departamento de Córdoba y Presidente de la Federación Nacional de Departamentos (FND)

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