El 28 de septiembre, en el marco de la convocatoria pública para la designación del rector de la Universidad de Córdoba para el periodo 2026-2031, presentamos nuestra candidatura con el respaldo de diversos sectores de la comunidad universitaria: ASPU, SINTRAUNICOL, líderes estudiantiles y 25 organizaciones de la sociedad civil.
Esta decisión reafirma nuestro compromiso con un liderazgo responsable y social en defensa de la educación superior como derecho fundamental. Durante nuestra gestión como rector, presidente del Sistema Universitario Estatal Colombiano (SUE) y de ASCUN, hemos promovido un modelo de universidad pública transformadora, con impacto territorial y reconocimiento nacional e internacional. Desde nuestros inicios como dirigente estudiantil, hemos trabajado por el fortalecimiento institucional, consolidando una visión moderna y estratégica basada en siete ejes: internacionalización, calidad, pertinencia y cobertura, docencia, investigación, extensión, bienestar institucional, y modernización administrativa y buen gobierno. Los resultados de esta gestión son tangibles. En internacionalización, se firmaron 156 convenios con universidades extranjeras, 628 docentes participaron en movilidad internacional, y la movilidad estudiantil pasó de 23 a 1666. En calidad académica, logramos la acreditación institucional de alta calidad, 15 programas acreditados nacionalmente y dos internacionalmente. En posgrados, se crearon 11 especializaciones, 26 maestrías y 7 doctorados, además de siete nuevos programas de pregrado, incluyendo medicina. La cobertura se amplió con la regionalización de la universidad, alcanzando diversas subregiones del departamento. Esto ha tenido un impacto social significativo, considerando que el 86% de los estudiantes pertenecen al estrato 1 y el 13% al estrato 2, lo que convierte a la universidad en un motor de transformación y movilidad social. La deserción estudiantil se redujo al 3.5%, se implementó la matrícula gratuita y se lideró la reforma de los artículos 86 y 87 de la Ley 30, para establecer un nuevo modelo de financiación de la universidad pública. En investigación, se fortalecieron los laboratorios con equipos de alta tecnología, se incrementaron los semilleros de 94 a 118, y se expandieron los grupos y líneas de investigación a 16 departamentos del país. Se obtuvieron las tres primeras patentes en la historia de la universidad, marcando un hito académico y científico. La infraestructura también fue renovada y ampliada: se construyó el edificio de ciencias básicas, una nueva biblioteca, la sede en Sahagún, escenarios deportivos, y se gestionaron recursos para laboratorios de anatomía y microbiología, 15 aulas y un auditorio en Berasategui. Se reacreditó el laboratorio de aguas y se acreditó el de suelos y aguas. En gestión institucional, se mantuvieron certificaciones ISO 9001:2015 (calidad), NTC ISO 45001:2018 (seguridad y salud en el trabajo), y NTC ISO 14001:2015 (gestión ambiental). Las auditorías de la Contraloría General de la República otorgaron una calificación eficiente, y se recibieron premios y distinciones nacionales e internacionales. Finalmente, hemos consolidado una autonomía académica que permite a la comunidad universitaria pensar y decidir su presente y futuro sin interferencias externas, ganando el respeto, reconocimiento y confianza de la sociedad. Este camino recorrido nos impulsa a continuar transformando la Universidad de Córdoba con visión, compromiso y resultado.