Por Juan Rincón Vanegas @juanrinconv … especial para nuestros lectores de Revista EXPECTATIVA 44 Años.
Diomedes Díaz, ‘El Cacique de La Junta’, en su canto ‘A un colega’, dedicado a Tomás Alfonso Poncho Zuleta Díaz, fue preciso en su petición. “A Dios le pido compadre que me le dé larga vida, porque con su canto bonito hasta los dolores se alivian”. Enseguida remató. “Que cante Poncho Zuleta, que cante toda la vida, esas canciones sentidas que alegran el corazón”. Una extraordinaria exaltación al artista que sigue cantando con pasión absoluta y el retiro no está en sus planes inmediatos.
Él sumó el cumpleaños número 76, aunque su hermano Emiliano Zuleta, dice que son más. Ante esto Poncho Zuleta, ripostó. “Los años no se cuentan, sino que se viven. Yo tengo 10 años menos que mi hermano Emilianito”. Los dos tienen la razón.
Ante la pregunta de su cumpleaños, anotó. “Esta fecha es especial porque tiene un mundo de alegrías. Es preciso agradecerle a Dios por haberme traído al mundo y dotado de tantas cosas buenas y hermosas. Llegar a esta edad con buena salud, alegría y dinamismo es algo que me complace. Le pido a Dios me regale muchos años más porque sé que mi familia, mis amigos, mi folclor y mi país me necesitan”.
De igual manera trajo a colación el canto vallenato más escuchado en todos los tiempos, ‘La gota fría’. “Esa canción nació de un encuentro entre dos amigos nobles, talentosos y sinceros, Emiliano Zuleta Baquero, mi padre, su autor, y Lorenzo Morales, quienes como se dice ahora, entraron en modo piqueria sin ninguna pretensión sino de dejar constancia de un hecho cotidiano. Todo eso contribuyó para que mi papá nos marcara el camino y eso fue definitivo”.
En medio de los recuerdos llegó la canción que está entre sus favoritas y es de la autoría de su hermano Emilianito, ‘Mi hermano y yo’. “Porqué cuando escucho mi triste acordeón, quisiera reírme y quisiera llorar, porqué cuando escucho a mi hermano cantar, quisiera una copa llena de licor. Quisiera un momento olvidar el dolor, que pasen las penas y sentirme feliz, al lado de mi hermano, con quien he batallado, para poder vivir”.
Las canciones costumbristas tienen un lugar destacado en el corazón del folclor vallenato, porque llevan mensajes claros, jocosos y reales de los acontecimientos que tuvieron lugar en el territorio costeño, donde la realidad siempre llega a la orilla
del destino. Ese destino que se canta con el mayor sentimiento y la alegría a flor de piel.
Siguiendo con los cuentos provincianos Poncho Zuleta la mayoría de veces ha referido los del inolvidable Jorge Oñate. “Una vez ‘El Jilguero de América’ viajó a Estados Unidos. Al llegar al aeropuerto de Washington y ver la bandera de ese país, dijo. Aquí el Junior de Barranquilla gana más de la cuenta, mire el montón de estrellas que tiene”.
Los dichos famosos
Para Poncho Zuleta no fue nada fácil escoger los dichos de tantos que ha entregado a lo largo de su carrera musical, pero lo intentó. “Esa es mucha tarea difícil porque cada uno tiene su historia y llamó mucho la atención”. De todas maneras, recordó los siguientes y volvió a sonreír.
“Ay que tener conformidad porque la vida comienza es mañana”; “Y nos acabamos, cuando a mí me corten la lengua y a mi hermano le corten los dedos”; “Yo conozco al flojo, aunque lo vea sudao”; “El vallenato es como la yuca, nunca aburre”; “Bonito que estoy yo ahora, de donde mi comadre Tirsa, a donde mi comadre Sagrario y viceversa”.
“Más peligroso que una aguja en un pastel”; “Hay que tener conformidad porque la vida comienza es mañana”; “Pero mis hijos si me respetan, tengo una vara de totumo suazá”; “Hoy estoy más fácil que un purgao”; “Están gorreando y picándoles el ojo a las mujeres ajenas”; “Es que nosotros si nos hemos comío las verdes y las maduras” y “Esto es pa’ que sepan que el jobo mata”.
Poncho Zuleta continúa cantando y regalando sus jocosidades que son esperadas en distintos escenarios donde se presenta. Es todo un personaje que hizo su propia definición con la finalidad de no dejar duda de su grandeza musical. Sin pensarlo contestó la pregunta sobre quién era. “Periodista, yo soy inconmensurable y original en el contexto del universo vallenato”.
De esta manera el artista nacido en Villanueva, La Guajira, se ha encargado de elevar la música vallenata a nivel universal, poniendo de presente a través de su voz el arraigo y capacidad de emocionar a personas de muchos países. Así lo hizo en Estocolmo, Suecia, en el año 1982 cuando el escritor Gabriel García Márquez, recibió el Premio Nobel de Literatura.
Tantos cantos de Poncho Zuleta con distintos acordeoneros que se han regado por el mundo, logrando quebrantar el aire quieto y envolver la vida en melodías para a través de un eco despertar los corazones. Siga cantando ‘Pulmón de Oro’ porque su destino es dar alegrías llenas de sentimientos. “Ay hombe, tengo el corazón
suavecito”. Tener el corazón de esa manera permite que el silencio aconseje, la soledad acompañe y los dolores huyan.
La música vallenata tiene el mejor argumento porque cuando se canta la respuesta es más vida, y por su contenido hace posible darles emoción a los sentidos. Enseguida, el tiempo permite guiar las horas cargadas de esperanzas que dan las gracias a través del sonido de un acordeón. Adelante Poncho Zuleta que estás lleno de amor, de cariño, de triunfos y siguiendo con la tarea de sumar y no dividir.