Luego de dos años de pandemia, situación que obligó a refugiarnos en nuestras casas para preservar la salud y la vida; restringiendo derechos básicos como la libre circulación, asistencia a lugares de concurrencia; en particular, la asistencia a las actividades académicas en escuelas, colegios y universidades. Frente a tamaño desafío vital; el sistema educativo de manera creativa e innovadora adaptó sus capacidades técnicas y humanas, de cara a la nueva realidad. Lo que permitió migrar el proceso formativo a las mediaciones virtuales; escenario impensable, antes de la pandemia. En medio de las tensiones y desencuentros que generó la Directiva Ministerial 09 de 2019 hubo que pasar, de la presencialidad a la modalidad virtual para mantener el proceso formativo.

Por su parte, la Universidad de Córdoba logró mantener el servicio educativo; lo cual, implicó una capacidad de liderazgo, adaptación y gestión académica permanente y sostenida con los miembros de la comunidad universitaria: profesores, trabajadores y estudiantes estuvieron a la altura de la responsabilidad del momento histórico que se vivía. Por ello, el pasado 22 de marzo iniciamos el primer semestre académico del año 2022 de manera presencial. Retomamos la vida académica en nuestro campus universitario. Durante este tiempo de pandemia aprendimos a adaptarnos a la adversidad, sacar lo mejor de nosotros en términos de liderazgo, capacidades e inteligencia para enfrentar la mayor crisis planetaria del último siglo. La Universidad mantuvo sus procesos misionales de docencia, investigación y proyección social; además, redujo la deserción estudiantil con el acompañamiento y gestión en la consecución de alimentos, conectividad, apoyo psicosocial y pedagógico a nuestros estudiantes. De igual modo, mantuvimos el empleo de trabajadores docentes y no docente liderando la iniciativa de matrícula cero; en principio, con muchos esfuerzos financieros propios; luego, con la ayuda del Gobierno nacional a través de la política pública en el marco de la Ley de Presupuesto Nacional con lo que pudimos salir adelante. Podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que en Unicórdoba nació la matrícula cero; posteriormente, convertida en modelo nacional. En otras palabras, enfrentamos la crisis con rectitud y compromiso humanitario.

En este sentido, retornar a la presencialidad impone retos y oportunidades aprendidas durante la pandemia. Si la crisis vivida no cambia nuestra forma de pensar, actuar y relacionarnos con los otros; entonces, significa que no vivimos la crisis. La Universidad aprendió, que podemos hacer de las mediaciones virtuales un complemento que fortalezca y flexibilice el proceso formativo. Repensar las prácticas pedagógicas, didácticas y metodológicas con las que generamos el ejercicio enseñanza– aprendizaje. Fortalecer la infraestructura técnica y tecnológica para hacer más eficiente y eficaz el funcionamiento institucional y, todos estos cambios que hemos venido implementando para seguir transformando la Institución. Además, contamos con un plan de desarrollo institucional, una política de investigación, de internacionalización y de bilingüismos; que constituyen la hoja de ruta prospectiva de la Universidad en los próximos diez años. Nos preparamos para brindarle a nuestros estudiantes un servicio educativo con los más altos estándares de calidad; un campus universitario fortalecido en su infraestructura física, técnica y tecnológica para su uso y disfrute.

¡Regresamos para continuar transformando!

 

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