Hoy día, en estos tiempos del confinamientos que nos ha azotado por el maldito CORONAVIRUS o más Bien el COVID-19, que nos ha marginado del diario vivir de hacer como lo veníamos cumpliendo a cabalidad el periodismo, las medidas nos llevó a encerrarnos por más de 10 meses casi un año detrás de las ventanas, de las rejas de nuestros apartamentos, de nuestras casas para seguir las medidas dadas por los gobiernos de turno, de quédate en casa, lavase las manos, usa el Tapa Boca, como si fuera poco  los decretos del Toque de queda, ley seca, de los tales pico y cédula etc…

Así quien sale a trabajar, a buscar las noticias, a buscar el sustento de cada día …nadie… más aún nosotros los periodistas independientes que no contamos con un sueldo, sino vivir de la pauta publicitaria…esta que para uno fue  o ha sido bloqueda por las personas o ciertos funcionarios de los cuales no pertenecemos a sus pretensiones, colores políticos etc…

Pero la pregunta que muchos nos hacen: ¡Y de qué han sobre vivido en estos tiempos de pandemia?—-he aquí  la respuesta: «De los ahorros que teníamos, del apoyo de nuestros familiares, de ciertos amigos que nos han suplicado que no publiquemos sus nombres, porque Dios es el único que lo sabe todo».

Traigo colación lo peor que nos ha sucedido en estos meses de confinamiento…. es que ciertas entidades del estado si nos envían cada rato, todos los días una «carrandanga de boletines, para que se los publiquemos….y que recibimos a cambio de esto solo dádivas, como si fuéramos mendigos….y eso a cada tres meses  … mientras tantos a los grandes medios nacionales, cadenas radiales, canales de televisión los contratos son multimillonarios…desde Organización Mundial de la Salud, las pautas Presidenciales, ministeriales porque todo lo maneja el centralismo y a nosotros los que manejamos el periodismo independiente como nos catalogan el de provincia nada…no hay derecho que nos sigan tratando de esta manera, exigimos más respeto y nos den el valor que nos merecemos.

El valor de un periodista en tiempos mediáticos como los que vivimos hoy día, la preocupación se apodera de los receptores de la información, los medios masivos actualmente considerados «EL CUARTO PODER», gozan de un gran seguimiento de sus seguidores y lectores, radioescucha, televidentes y ahora en las redes sociales de aquellos que si tenemos credibilidad completa. basta que la noticia sea publicada en cualquier medio de una camina en todo el mundo, repito dada a la Veracidad de la misma, Ah, esto somos pocos los que llegamos tener o poseer ese don.

A continuación veamos partes de pensamientos de colegas con talla mundial que se han referido sobre este tema, como:

EL VALOR DE LOS PERIODISTAS

Por FEDERICO HOYOS GUTIÉRREZ

Universidad Pontificia Bolivariana. Facultad de Comunicación Social-Periodismo, 2° semestre.

fedehoyosg@gmail.com

Se necesita de muchísima valentía para ser periodista, especialmente en Colombia. Son pocos los que son capaces de cuestionar los esquemas de una sociedad tan convulsionada y desigual como la nuestra, muchas veces poniendo en riesgo su integridad física y moral en la búsqueda de un país más justo y equitativo. Según datos de Reporteros Sin Fronteras.

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24 de marzo de 2020

Palabras de Javier Darío Restrepo sobre periodismo de salud cobran vigencia en tiempos de coronavirus.

Rescatamos el discurso de Javier Darío Restrepo sobre la importancia del periodismo de salud, a propósito de la actual emergencia sanitaria que se vive por el COVID-19.

Fotografía: Ashutosh Goyal en Pixabay. Usada bajo licencia Creative Commons.

Red Ética

@etica

En medio de tantas malas noticias, la pandemia del coronavirus ha tenido algunas consecuencias positivas en el mundo del periodismo. La desinformación que se ha expandido a través de Whatsapp y redes sociales con una velocidad paralela a la del virus, ha obligado a la ciudadanía a buscar fuentes de información confiable.

Así lo señala ComScore, compañía dedicada a medir el comportamiento de los usuarios de internet, la cual encontró que los medios de comunicación tradicionales han recuperado credibilidad en medio de esta emergencia sanitaria.

Según explica el análisis, la prensa tradicional está reafirmando su autoridad como plataforma confiable de información, haciendo que medios de países como Brasil, México, Argentina, Chile, Colombia y Perú recuperen el terrendo que habían perdido en cuanto a confianza de la ciudadanía.

En el marco de esta situación, fue el periodista mexicano Gerardo Albarrán de Alba quien trajo a nuestra memoria la existencia de un discurso del maestro Javier Darío Restrepo dedicado exclusivamente a destacar la importancia del periodismo de salud, y su relación con la medicina y la defensa de la vida.

El discurso, pronunciado en el Centro Médico Imbanaco de la ciudad de Cali el 31 de octubre de 2014, elabora un interesante paralelo entre la profesión médica y el oficio periodístico, señalando en qué aspectos de su trabajo se parecen el que porta el estetoscopio y el que lleva la grabadora. Comenzando por la manera en que la palabra une a ambas profesiones, Restrepo avanza analizando la manera en que la preocupación por el Otro también los une, para finalizar destacando el compromiso con la defensa de la vida que ambos deben tener.

“La presencia del Otro plantea preguntas tanto para médicos como para periodistas”, afirma Restrepo. “¿Qué es el otro para el médico? ¿Un cliente por el que se cobra? ¿Una enfermedad cuyo nombre reemplaza al del paciente?”, se cuestiona.

Antes de compartir el discurso completo, destacamos aquí algunas de las frases más pertinentes del texto para las circunstancias en las que nos encontramos, atravesando una pandemia que por primera vez en la historia de la humanidad paraliza al mundo entero:

  • Cada uno dentro de su esfera, médicos y periodistas, tienen el reto inicial de darle a la palabra un valor terapéutico.
  • A los periodistas nos sucede lo que a los médicos, que no hay certezas; entonces ellos y nosotros nos movemos entre la niebla espesa de las dudas.
  • Si nuestras informaciones abundan en la defensa de una vida digna, también han de apoyar el derecho a una muerte digna.
  • Como periodistas, no somos ni propagandistas ni apologistas. Más que en los argumentos, creemos en los hechos, a ellos nos atenemos y su conocimiento y comprensión es nuestro quehacer y nuestro reto.
  • Al médico no le corresponde decidir quién debe vivir y quién no. De la misma manera que en las crónicas judiciales es incorrecto adelantar quién es el culpable y quién es el inocente.
  • El periodista como el médico tiene un partido tomado al lado de la vida. El periodista, a pesar de las griterías en pro de la objetividad, no puede ser objetivo cuando se trata de defender la vida humana.
  • El otro, quienquiera que sea, es en sí mismo un fin. Mantenerle esa calidad, a pesar de las lógicas comerciales que se han introducido en el ejercicio de la medicina y del periodismo, es parte del reto que plantea el otro.
  • Preguntas para el periodista de salud: ¿qué son para él los protagonistas de sus historias de salud? ¿Noticias exclusivas que solo él tiene y publica antes que la competencia? O por el contrario, ¿partes de una historia que, publicada, se podrá postular en un premio de periodismo? En definitiva: ¿qué es el otro para el periodista?
  • El primer reto que le encuentro al periodismo de salud: Potenciar su palabra,  que no es solo para informar, también crea, también convoca, también enseña, también da esperanza, también es terapéutica.
  • Así como la palabra del médico puede limitarse a lo puramente burocrático, o quedarse en lo orgánico y dejar sin explorar las raíces hondas y permanentes de los males; la del periodista puede limitarse a la reproducción de boletines oficiales informativos, a la cita de estadísticas y de declaraciones, o a destacar los datos sensacionales de las muertes por osteoporosis o por tos ferina.
  • Como la del médico, la del periodista en asuntos de salud, es una palabra que cumple un papel indispensable y específico.
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  • Los periodistas no son enemigos del pueblo. Pero tampoco son tus amigos.

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  • Buenos periodistas, malos medios

    Omar Rincón

    El siglo XXI llegó con transformaciones radicales del ecosistema de medios de comunicación y de los modos de hacer periodismo. En nombre de la crisis económica y de la revolución de internet, los medios aprovecharon y se divorciaron de los periodistas de calidad. Y todo se volvió un caos: los medios huyeron hacia el negocio y la política y los periodistas se están reinventando su lugar en el mundo. El asunto prioritario para la democracia es imaginar otro periodismo, y para ello es necesario volver a creer en los periodistas. El periodista militante y el periodista DJ se presentan como dos opciones de los tiempos actuales.

     

    Nuestra vida está atravesando mutaciones políticas, sociales, culturales, tecnológicas y subjetivas que no sabemos de qué están hechas, ni cómo se mueven, ni en qué lugar nos dejan: nos sentimos más libres, pero no sabemos para qué. Todo es horror y confusión o felicidad y consumo. Y es que nuestro ecosistema sociocultural ha recibido en este siglo seis meteoritos que han transformado su forma de vida.

    Uno, el que más afecta la vida comunicativa cotidiana, es la llegada de internet, los celulares y las redes sociales. El segundo es la sensación de que todo es posible en democracia: somos ciudadanos y tenemos derechos. El tercero es la emergencia de la denominada «diversidad»: ya no somos solo hombres-blancos-occidentales sino que somos de muchas formas, sensibilidades, narrativas y saberes: femeninos, afros, orientales, indígenas, LGTBI… El cuarto bólido que acabó con nuestra vida fue el triunfo de lo financiero. Solo importa lo financiero: las acciones; los humanos salimos sobrando. El quinto, la pérdida de poder de los medios de comunicación: ya no son «los dueños» de la libertad de información y comenzaron a ser cuestionados por los gobiernos y los ciudadanos, y por eso ellos son la cancha de la lucha por la democracia. Y el sexto meteorito es la «indignación» de jóvenes (y no tan jóvenes): ya no aguantamos más, la bronca es colectiva y es contra todo.

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  • Somos periodistas

    Nadie puede dudar hoy en día de la importancia de la prensa. Todo es noticia y la difusión de lo que sucede en el mundo se puede hacer de diferentes maneras. Periódicos, revistas, blogs, internet, youtube… todos y cada uno de ellos hacen que los acontecimientos se difundan de manera inmediata entre los lectores.
    Muchas de las informaciones a las que accedemos, tanto por medios audiovisuales como escritos, se centran en lo que sucede en nuestro mundo, el mundo desarrollado, pero poco sabemos sobre los acontecimientos, los sentimientos, las necesidades de los países llamados del tercer mundo.

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  • Yo fui mendigo

    Juan Gargurevich

     

    Jun 14, 2016

     

    Crónicas

    En 1961 Isaac Felipe Montoro, reportero del diario Expreso, se disfrazó con harapos para incursionar en el sórdido mundo de los mendigos de Lima.

    Cuando llegué a la iglesia miré a todos lados. Con timidez me senté junto a la puerta apoyando la espalda contra el muro. Eran las nueve de la mañana. Los fieles entraban a misa…

    …Tendí la mano y empecé a decir ‘una caridad por la gracia divina’. Al instante un señor me dio un sol. Pensé que todo comenzaba bien. En ese momento se acercó un guardia. ‘A otro lado, viejito –me dijo-. En este lugar está prohibido, puede llegar el oficial y me echa un sermón”.

    Este fue uno de los primeros párrafos que el reportero policial Isaac Felipe Montoro redactó al iniciar su crónica seriada “Yo fui Mendigo en la Gran Lima” publicado en las páginas centrales del flamante diario Expreso a partir del sábado 11 de noviembre de 1961.

    ***

  • De tal forma exigimos nos den el valor que nos merecemos…más no somos pordioseros del periodismo…

Textos: ROBERTO CASTILLA ARROYO

Director Revista EXPECTATIVA 40 Años

Foto archivo.

 

 

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